¿Alguna vez te has preguntado como trabajan los transcriptores musicales de nuestro equipo?
En este artículo compartiremos sus consejos, trucos y recomendaciones para transcribir de la forma más práctica y eficaz. Seas aficionado a la música en general o quieras iniciarte en las transcripciones, ¡sigue leyendo si quieres aprender más sobre el tema!
Crea tu espacio de trabajo
Puede parecer básico, pero para nosotros es una regla de oro. Especialmente para los que, como nuestro equipo de transcriptores, trabaja desde casa. Y resulta aún más importante teniendo en cuenta el grado de concentración que requiere transcribir música.
Recomendamos, pues, encontrar un espacio silencioso y tranquilo, sin interferencias sonoras de algún tipo. De este modo será mucho más sencillo trabajar en la transcripción de forma precisa.
Ten una idea general de la transcripción
Solemos estancarnos en los detalles, considerándolos la prioridad en un buen encargo. Y sí, es cierto, aunque no hay que perder de vista la transcripción en su totalidad. Trabajar siempre con la idea general en mente es imprescindible para asegurar la coherencia interna.
Por ejemplo, pensar en la totalidad de la transcripción asegurará una correcta expresión enarmónica. Olvidar estos pequeños aspectos es un error común: una enarmonía no es incorrecta en sí misma, pero puede generar partituras incoherentes.
Resumiendo, como transcriptores nuestro objetivo es crear partituras sencillas de leer e interpretar. Hace falta, entonces, controlar los detalles a la vez que el desarrollo de la pieza en general.
¡Bienvenidos, aparatos y programas!
Qué suerte transcribir durante el s. XXI, ¿verdad? Actualmente disponemos de incontables herramientas que permiten una velocidad mayor sin sacrificar la calidad del resultado.
Nuestros transcriptores usan teclados midi, por ejemplo, que facilitan muchísimo el proceso. Además, todos ellos conocen bien programas como Finale o Sibelius. Vale la pena estudiarse todas las opciones que ofrecen, ya que serán nuestros mayores aliados.
Obviamente, no recomendamos depender de estas herramientas –el transcriptor (¡aún!) es el humano– pero sí exprimir sus posibilidades para ganar en eficacia.
Tómate un descanso
Como comentábamos en el primer punto, transcribir requiere un estado de concentración profundo. Por eso, aunque seas el mejor transcriptor del mundo, necesitarás descansar de vez en cuando. Es preferible parar cada hora y media durante unos minutos que trabajar cuatro horas seguidas. Las maratones suelen dejarnos exhaustos y acaban reduciendo el rendimiento.
Trata de tener a mano una botella de agua y aparta los ojos de la pantalla un momento: ¡sentirás que tus niveles de energía se renuevan!
Esperamos que estos consejos os animen a probar de transcribir. Si tenéis alguna duda o comentario, ¡no dudéis en escribirnos!